Cómo conseguir motivación para estudiar en casa
Encontrar motivación para estudiar o motivación para trabajar no es una tarea nada fácil. Estamos rodeados de distracciones, en un mismo espacio del que no podemos salir. Los niños y los adolescentes son el grupo que más dificultades presenta para concentrarse en sus tareas diarias. Por esta razón, es muy importante aprender a crear una rutina y poner en práctica algunos consejos para no despistarnos de más.
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Índice de contenidos
Cómo encontrar la motivación para estudiar
Como lo oyes, no vas a encontrar la motivación debajo de la cama, ni surgirá mágicamente al día siguiente. La motivación para estudiar o para trabajar desde casa la tienes que crear tú. Empecemos por hablar de la rutina diaria.
Como si nada hubiese cambiado
Prepárate o prepara a tus hijos o hijas como si fuesen a ir al colegio de verdad. Quítate el pijama, ponte ropa cómoda y lávate la cara, o date una breve ducha. Seguidamente, es muy importante que consigas energía para estudiar o para trabajar. Así que prepárate un desayuno saludable e hidrátate.
Tu espacio de estudio o trabajo
Para que podamos trabajar o estudiar a gusto, es muy importante que nos sintamos cómodos en nuestro espacio. El primer paso es encontrar una zona de tu hogar que tenga luz natural, a ser posible, y donde la temperatura permanezca estable a lo largo del día. Por otro lado, procura tener todo lo que necesitas a mano, de esta forma no te despistarás yendo a buscar lápices, colores, folios o libros.
Planifica tu sesión de estudio
Antes de empezar a estudiar o a trabajar, puede que te sientas algo perdido respecto al volumen de faena. En caso de que estés estudiando, planifica el temario o las asignaturas que quieres estudiar ese día; de este modo, te concentrarás en unos temas en concreto y podrás finalizar la tarea sin ir despistarte con diversas materias. Te recomendamos que ordenes la lista empezando por las tareas más importantes, aquellas que no puedas evitar o dejar para otro momento.
Valora tu autonomía
A la hora de estudiar o trabajar desde casa, es importante que conozcas tu forma de hacerlo. Es decir, de nada sirve que estés ocho horas frente a una pantalla si no vas a concentrarte para nada. Tómate descansos en la medida de lo posible, pero sin abusar. Por ejemplo, por cada 45 minutos de estudio o de trabajo, puedes tomarte un pequeño descanso de 10 minutos. Si ves que es imposible concentrarte, o estás pensando en hacer otras cosas, márcate objetivos. Por ejemplo: si termino esta tarea, podré descansar 15 minutos para hacer estiramientos. Por otro lado, si puedes realizar el trabajo o estudiar a lo largo del día, procura encontrar aquellos ratos en los que estés menos cansado y más concentrado. Hay personas que estudian mucho mejor por la noche; mientras que otras prefieren las primeras horas del día.
Auto-motívate
Márcate objetivos, pero no en cuestión de tareas, sino de aprendizaje. El simple hecho de que seas capaz de estudiar o trabajar desde casa ya es un gran paso. Si el problema lo tienen los más pequeños, practica este juego. Haz que escriban en un papel todas aquellas cosas que quieren hacer de mayores. Esto les ayudará a focalizar el esfuerzo en lograr aquello que quieren ser. Lo más probable es que en poco rato estén agotados otra vez; en ese caso, una breve pausa les ayudará a despejar ideas.
Cambia la perspectiva
Sabemos que a veces es prácticamente imposible, aunque preferimos no creer en esa palabra. Aunque estés aburrido y aunque a veces se haga cuesta arriba, procura cambiar la perspectiva de tu situación. Aunque estés acostumbrado a ir a clases presenciales o a trabajar en un lugar fijo, la adaptación al entorno es otro de los rasgos que potencia nuestras habilidades sociales y capacidades cognitivas. Ten en cuenta que la tecnología nos ha brindado herramientas maravillosas para estudiar y para trabajar; y también dispones de aplicaciones de videollamada para poder estar en contacto con tus compañeros de clase o tus compañeros de trabajo.
Acepta la situación en la que te encuentras
Si te encuentras en una lucha interna constante porque ves que no eres capaz de concentrarte igual que cuando asistías a clase o al trabajo, no te preocupes, es normal. Es lo más normal del mundo. Si de un día para otro tenemos que adaptar nuestras capacidades a nuevos métodos de trabajo, no podemos esperar que el rendimiento sea el mismo o incluso mayor. Acepta los momentos de estrés, recuerda tomarte breves descansos entre tareas pero, sobretodo, prioriza tu bienestar.
1 Comentario
ceo que si me va sevir las instrucciones 🙂