Vivir de alquiler: los derechos del inquilino
La tendencia actual en vivienda tiende al alquiler más que a la compra por diversas razones y, principalmente, a causa de la precariedad laboral y la inestabilidad económica. Cada día son más las personas que alquilan apartamentos, estudios y pisos para compartir con otros estudiantes o trabajadores. En España, el número de personas que optan por alquilar una vivienda no deja de crecer. Para no salir perjudicado de la experiencia, es importante conocer los derechos del inquilino, así como sus obligaciones.
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¿Cuáles son los derechos de un inquilino?
Aunque el piso o la casa que una persona habite no sea de su propiedad, todo inquilino está protegido por una serie de derechos que hay que conocer y exigir por ley siempre que sea necesario. A continuación repasaremos los derechos del inquilino.
1. El casero no puede entrar a la vivienda sin tu consentimiento
Aunque la vivienda sea de su propiedad, el casero no puede acceder a la vivienda sin que el inquilino le autorice. Por muchas excusas o razones que ponga, no está permitido. Tampoco puede acceder a la vivienda aunque el pago de una o varias mensualidades esté pendiente. Si llega a hacerlo, los derechos del inquilino aseguran que este puede solicitar al juzgado la resolución del contrato e, incluso, denunciarle por incumplir la ley de inviolabilidad del domicilio.
2. Derecho a negociar el precio del alquiler y la duración del contrato
El arrendador y el arrendatario pueden pactar, antes de firmar el contrato, la duración del mismo y el precio de la renta mensual. Durante la vigencia del contrato, la renta se puede actualizar únicamente de forma anual, siempre y cuando se cumplan los términos pactados entre el inquilino y el propietario.
Además, uno de los derechos del inquilino es que, llegado el día de finalización del contrato, este se puede prorrogar obligatoriamente por plazos anuales hasta que el alquiler tenga una duración mínima de tres años. Es decir, en los contratos en los que no se estipule un plazo de finalización, se entiende que la duración es de un año, seguido por un derecho de prórroga hasta los tres años.
3. El inquilino puede rescindir del contrato cuando sea
El inquilino puede anular el contrato a partir de los seis meses, siempre y cuando avise al arrendador con una antelación de 30 días como mínimo. En algunos casos, el inquilino debería indemnizar al propietario con una cantidad de dinero equivalente a una mensualidad del alquiler por cada año del contrato que no se haya cumplido.
Además, una vez finalizado el contrato y siempre y cuando no haya daños en la vivienda ni deudas con las compañías de suministros, el inquilino puede solicitar el retorno de la fianza al mes de devolver las llaves. Si tarda más, puede reclamar intereses.
4. Obtener beneficios fiscales
Uno de los derechos del inquilino que pocas personas conocen es que estos pueden deducir el importe anual del alquiler por vivienda habitual en la declaración de la renta; así como las reformas realizadas por el mismo, siempre y cuando se hayan acordado con el propietario.
Además, las obras de mejora que realice el inquilino pueden lograr una rebaja en el precio del alquiler si el propietario lo permite.