Clasificación de las terapias alternativas
Cada vez más personas deciden probar las terapias alternativas en contraposición al abuso de fármacos para tratar todo tipo de enfermedades, trastornos y dolores físicos. Hay diversas terapias alternativas, clasificadas en cinco categorías, y cada una de ellas está indicada para un caso determinado. Sin embargo, si utilizamos un tratamiento alternativo juntamente a la medicina o terapia convencional, hablamos de medicina complementaria.
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¿Cuál es la clasificación de las terapias alternativas?
Las terapias alternativas suelen ser conocidas, generalmente, como tratamientos médicos que no han sido probados científicamente y que pueden conllevar algún riesgo. Sin embarco, estos tratamientos abarcan una gran variedad de disciplinas: desde algún tipo de dieta hasta la práctica de ejercicio físico o la mejora global de las condiciones mentales o el estilo de vida de cada individuo. Las terapias alternativas no son invasivas y no causan dolor a quien las toma. Algunas de las terapias más conocidas, como la aromaterapia o la meditación, no son, de ninguna forma, perjudiciales para nuestra salud.
El Centro Nacional de Medicina Alternativa y Complementaria de los Estados Unidos es el organismo encargado de clasificar las terapias.
1. Sistemas integrales o completos
Este tipo de terapias alternativas cuentan con una base completa de teoría y práctica. La homeopatía, la naturopatía y la medicina tradicional china, que incluye la acupuntura, forman parte de este campo.
2. Terapias biológicas
Las terapias biológicas están caracterizadas por el empleo de sustancias tales como hierbas, alimentos y vitaminas. Por ejemplo, podemos acceder a estos remedios en herboristerías o tiendas de dietética que ofrezcan suplementos. Por ejemplo, se dice que el cartílago de tiburón posee múltiples propiedades medicinales.
3. Métodos de manipulación basados en el cuerpo
Los tratamientos de este grupo se centran en la manipulación y en el movimiento de una o varias partes del cuerpo. Algunas de estas terapias son la osteopatía, la quiropraxia, la reflexología y el shiatsu.
4. Enfoque sobre la mente y el cuerpo
Las terapias alternativas incluidas aquí consisten en prácticas que concentran la interacción del cuerpo con la mente y el comportamiento de cada persona; así como diversas técnicas de gestión de las emociones que benefician también a nuestra salud física. Las disciplinas más conocidas son el yoga, la meditación, la oración y las terapias creativas relacionadas con el arte: pintura, escritura, música y danza, entre otras muchas.
Además, las terapias incluidas en este grupo también pretenden identificar el origen de la emoción y, por ende, del trastorno u enfermedad. La curación, a continuación, también se basa en la resolución del conflicto.
5. Terapias basadas en la energía
En este grupo encontramos todas aquellas terapias basadas en el empleo y control de campos de energía, con el objetivo de influir en el estado de salud. El Tai chi, el reiki, el Qi gong o la terapia floral son algunas de las técnicas que pretenden influir en los campos de energía que, supuestamente, rodean a las personas y penetran en nuestro cuerpo humano. Por ejemplo, cuando se habla de “el aura de una persona”, se hace referencia a este concepto de “energía” que no podemos ver ni tocar, pero sí detectar.