Gestión emocional: aprende a dominar tus emociones
La gestión emocional es una tarea pendiente para muchas personas. Además, no es para nada fácil. Aprender a identificar, aceptar y gestionar nuestras emociones es algo complicado, y requiere tiempo, paciencia y autoconocimiento. Sin embargo, cuando somos capaces de dominar, parcial o totalmente nuestras emociones, nuestra vida cambia por completo. Ser capaces de hacer frente a los problemas y a la incertidumbre desde perspectivas diversas es muy enriquecedor. Además, en tiempos de coronavirus nunca viene mal una ayuda extra.
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Índice de contenidos
¿Qué es la gestión emocional?
Las emociones forman parte de nuestro ser. Negarlas, rechazarlas o evitarlas hará que se potencie el sentimiento negativo, lo que puede ocasionar aún más malestar. La gestión emocional es la respuesta a este problema. Aprender a gestionar las emociones no es fácil, y a veces tenemos que padecer un poco para lograr nuestro objetivo.
Las emociones negativas surgen a raíz de los problemas personales de cada individuo, entre otros. Si, además, le sumamos la crisis económica y la crisis por el Covid-19 y todo lo que ha supuesto, aún se complica más la cosa. No se puede negar que cuando alguien ha perdido su trabajo o a un ser querido, tiene todo el derecho del mundo a sentirse triste. Sin embargo, la gestión emocional nos ayudará a sobrellevar la situación desde otra perspectiva, a gestionar la ira y la tristeza y a esclarecer nuestra mente.
La gestión de las emociones forma parte del ámbito de la inteligencia emocional, un concepto muy estudiado en psicología. La inteligencia emocional se compone de la inteligencia intrapersonal y la inteligencia interpersonal.
Beneficios de la gestión emocional
La inteligencia emocional y la gestión de las emociones afectan a muchas áreas de nuestra vida. Las relaciones con nuestro entorno, nuestra percepción sobre nosotros mismos, el trabajo, los estudios, el deporte, etc. Sin inteligencia emocional seríamos personas caóticas, con emociones fuertemente marcadas como la ira, la tristeza o el éxtasis.
La inteligencia emocional tiene numerosos beneficios:
- Potencia el autoconocimiento y la comprensión de los pensamientos y emociones de uno mismo.
- Ayuda a tomar mejores decisiones.
- Mejora la productividad y el rendimiento.
- Ayuda a reducir y prevenir el estrés y la ansiedad.
- Mejora las relaciones interpersonales y la empatía.
- Potencia el desarrollo personal y el bienestar psicológico.
- Mejora la capacidad de liderazgo y aumenta la motivación para alcanzar los objetivos.
- Ayuda a dormir mejor y a relajarse en situaciones de estrés.
Claves para gestionar las emociones
Para aprender a gestionar las emociones, lo mejor que podemos hacer es acudir a un profesional de la psicología, ya que nos ayudará a comprender nuestros pensamientos y a identificar las emociones negativas que nos perjudican. Sin embargo, hay varias estrategias que podemos poner en práctica por nuestra cuenta.
- Escúchate a ti mismo/a. No niegues, rechaces o camufles tus emociones negativas. Sé consciente de su existencia.
- Haz un diario de emociones. Anota cada día las emociones que hayas sentido y contextualízalas. A veces, podemos sentirnos mal sin razón alguna pero, por norma general, suele haber un desencadenante. Esto ayudará a que puedas realizar un seguimiento y análisis de tus emociones. Si trabajas aquellas emociones negativas que surgen de situaciones que sí puedes controlar, mejorará tu gestión emocional.
- No desesperes, algunas cosas tardan un poco más de tiempo en resolverse. Aprender a cultivar la paciencia también te ayudará a mejorar la gestión de tus emociones. Practica la escucha activa, te ayudará a empatizar.
- Haz ejercicios de mindfulness para dejar pasar los pensamientos. Son muy útiles y te ayudarán a, poco a poco, soltar los pensamientos negativos.
- Practicar deporte y seguir una alimentación saludable también te pueden ayudar a sentirte mejor contigo/a mismo/a.