¿Qué es el Síndrome del Burnout? Síntomas y prevención
El estrés no tiene por qué ser algo malo para el cuerpo, siempre y cuando se presente en su justa medida. Por lo contrario, hablamos de Síndrome del Burnout cuando el estrés laboral que estamos experimentando supera con creces nuestra capacidad para gestionarlo. Genera un malestar muy grande a quien lo padece y tiene consecuencias negativas a nivel profesional: pérdida de productividad, desmotivación y ansiedad. Hoy hablaremos más acerca de esta problemática y cómo podemos abordarla.
Consulta el máster en control del estrés laboral y especialízate en técnicas de gestión emocional en el trabajo.
Índice de contenidos
¿Qué es el Síndrome del Burnout?
El Síndrome del Burnout, traducido al español como “síndrome del quemado”, está ligado al entorno laboral. Tiene lugar cuando el estrés laboral produce agotamiento físico, emocional y mental, provocando una pérdida de motivación e interés, así como de autoestima. Sus efectos para la salud física y mental son graves y, si no se trata, puede devenir en trastorno. Presenta características similares a los trastornos depresivos y por ansiedad. El Síndrome del Burnout es una respuesta extrema al estrés crónico originado en el ámbito laboral, y afecta a factores organizacionales y sociales.
Las consecuencias del Síndrome del Burnout son las siguientes, entre otras:
- Fatiga.
- Insomnio.
- Depresión y ansiedad.
- Abuso de sustancias.
- Deterioro cardiovascular.
- Relaciones negativas en el ámbito personal, familiar o laboral.
- Infarto cerebral.
- Diabetes.
- Obesidad o, por lo contrario, pérdida de peso.
- Migrañas.
- Dolores musculares.
- Asma y alergias.
- Desajustes en el ciclo menstrual.
¿Quién puede padecerlo?
Es cierto que no todas las personas son igual de propensas a experimentar este síndrome. Las emociones de cada persona son únicas, por lo que cada individuo reacciona de forma distinta ante situaciones de estrés. Sin embargo, quienes son más propensos a padecerlo son:
- Personas muy ligadas emocionalmente a su trabajo, con dificultad para separar su vida laboral de la personal.
- Trabajadores que asumen todo tipo de tareas y funciones que no corresponden a su cargo, de forma voluntaria o involuntaria.
- Personas con un notable desequilibrio entre la vida laboral, familiar y social. En algunos casos, las condiciones del contrato laboral pueden perjudicar otros ámbitos de nuestra vida. Hablamos de conciliación laboral, tiempo para el ocio y la socialización, períodos de descanso, etc.
- Personas que trabajen en empleos que vinculan al trabajador y sus servicios de forma directa con clientes. La atención al cliente puede acarrear malestar en muchas situaciones.
- Trabajadores que sienten que tienen poco o ningún control sobre su profesión o su trabajo.
- Empleos monótonos, poco dinámicos y sin sobresaltos.
Síntomas del síndrome del burnout
- Emociones negativas. Es habitual la presencia de agotamiento y desgaste mental e, incluso, fisiológico: pérdida de energía y fatiga tanto a nivel físico como psicológico.
- Despersonalización. La despersonalización puede producir deshumanización en el trato del trabajador hacia sus compañeros o hacia clientes.
- Irritabilidad. En ocasiones, alimentamos nuestro propio mal humor a base de irritarnos, aunque dicha irritabilidad es inherente al contexto situacional.
- Ansiedad. El estrés laboral puede producir sintomatología propia de la ansiedad: dolor de cabeza, malestar estomacal, temblores, malestar físico, náuseas y vómitos, etc.
- Falta de realización personal. Se traduce en desmotivación, frustración, desesperanza respecto al futuro, falta de autoestima, etc.
Cómo tratar el burnout
Si el trabajo nos produce un malestar físico y psicológico que perjudica nuestra calidad de vida, es momento de pedir ayuda. Las medidas que se pueden tomar son las siguientes:
- Identificar los factores de estrés y, una vez detectados, diseñar un plan para resolver cada uno de ellos, poco a poco.
- Evaluar las opciones disponibles. Se pueden realizar cambios en el modus operandi o, en el peor de los casos, cambiar de empleo.
- Ajustar la actitud cuando sea necesario. Como hemos mencionado con anterioridad, el lenguaje juega un papel muy importante en la percepción del entorno, de los demás y de nuestras propias emociones. Alimentar el malestar es contraproducente.
- Buscar apoyo en amigos, familiares u otros compañeros de trabajo cuando sea necesario.
- Buscar ayuda profesional para aprender a gestionar situaciones de estrés y emociones negativas.
- Practicar ejercicio u otras actividades que activen los neurotransmisores encargados de producir serotonina, dopamina y otras hormonas “de la felicidad”.