¿Cómo se diagnostica un trastorno negativista desafiante?
Se podría decir que el trastorno negativista desafiante es uno de los trastornos que generan más frustración. Se trata de un patrón recurrente que persiste durante meses, caracterizado por un comportamiento negativista, desobediente y hostil, dirigido a las figuras de autoridad. Es habitual en niños y niñas pequeños; no obstante, también se dan casos en personas adultas. En este artículo hablaremos más sobre este patrón de conducta y las causas que lo originan.
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¿Qué es el trastorno negativista desafiante?
El trastorno negativista desafiante (TND) es un trastorno de la conducta que se da, mayoritariamente, en la etapa infantil y adolescente. Para que sea considerado un trastorno como tal, debe . Se basa en un comportamiento hostil y desafiante, con una gran carga negativa y una gran irritabilidad. Esta rabia se dirige hacia la figura de autoridad, que pueden ser los padres, madres, profesores, compañeros u otras personas con “poder” sobre el niño o niña. Este trastorno provoca más angustia y frustración a las personas que se ven afectadas por el comportamiento de quien lo padece.
Este trastorno se manifiesta, mayoritariamente, en el ámbito familiar, y no tiene por qué extrapolarse a otras áreas como la escuela o las amistades. Los síntomas de este trastorno se dan con mayor intensidad hacia personas adultas con las quien el niño o niña tiene más confianza.
¿Cómo se manifiesta el trastorno negativista desafiante?
Existen diversas formas de actuación que permiten identificar el trastorno negativista desafiante. No obstante, los síntomas del trastorno negativista desafiante se pueden confundir con los síntomas de otros trastornos de la personalidad, en otros; de modo que siempre hay que consultar a un especialista antes de diagnosticar nada.
El TND se manifiesta con los siguientes comportamientos:
- Desafiar continuamente a la figura de autoridad, o bien se niega a seguir las normas. “Rabietas” frecuentes y muchas discusiones con personas adultas.
- Negarse a cumplir con las demandas o favores que otras personas le piden.
- Llevar a cabo actos o hablar sobre temas que sabe que van a molestar a los demás de forma deliberada y repetidamente.
- Acusar a otras personas de errores propios o comportamientos nefastos.
- Molestarse fácilmente por otras personas, ya sea por su presencia, por sus palabras o sus actos, etcétera. Cualquier razón es una buena razón para enfadarse con los demás.
- Mostrarse irritable e iracundo sin motivo aparente.
- Accesos de cólera e incitación a discutir de forma continuada.
¿Cuál es la causa que lo origina?
Las explicaciones entorno al origen del trastorno negativista desafiante se centran en el desarrollo de un apego inseguro durante la etapa infantil, junto con una falta total o parcial de pautas y límites para el niño o niña. Este trastorno se da, por ejemplo, en casos donde los padres o madres del infante no han sabido proporcionar los recursos emocionales y afectuosos y, además, tampoco han sabido establecer límites sobre su comportamiento. Existen diversas teorías acerca del desarrollo o aprendizaje de conductas negativas y desafiantes.
En primer lugar, una de las teorías del desarrollo del TND sitúa el inicio de este trastorno entre el año y dos años y medio de edad. Los niños que padecen este trastorno pueden haber tenido problemas para separarse de su figura de apego primaria y desarrollar sus habilidades sociales de forma autónoma.
Por otro lado, la teoría del aprendizaje sugiere que la actitud de los pacientes con TND ha sido aprendida y refleja los efectos que tienen las técnicas de refuerzo negativo empleadas por los padres y padres u otras personas de autoridad en niños y adolescentes. Los refuerzos negativos aumentan la intensidad y la frecuencia de las conductas desafiantes porque de esta forma el niño o niña obtiene lo que quería: atención, tiempo y preocupación de las personas que le rodean.
¿Cuál es el tratamiento del trastorno negativista desafiante?
Identificar las características de un trastorno negativista no es muy difícil, ya que los síntomas suelen manifestarse con frecuencia y mucha intensidad. Los padres, madres, profesores y otras personas con autoridad sobre el niño o niña tienen la capacidad para identificar conductas desafiantes de forma repetida. Sin embargo, una vez se ha tomado consciencia del problema, se debe acudir a un psicólogo o psicóloga infantil o un profesional de la salud mental capacitado para diagnosticar y tratar este problema.
El tratamiento de los niños y niñas que padecen TND depende de diversos factores, entre ellos:
- Edad y el estado general de su salud.
- Magnitud y frecuencia de los síntomas.
- Tolerancia del niño, niña o adolescente a determinados medicamentos o terapias.
- Expectativas para el tratamiento del trastorno.
- Opinión y preferencias del niño, niña o adolescente, algo que no suele tenerse mucho en cuenta pero que tiene un gran peso sobre los avances en el tratamiento de cualquier tipo de trastorno psicológico.
El tratamiento del TND está orientado a potenciar las habilidades sociales y a enseñar técnicas para reconocer la ira y la ansiedad y manejarlas. Por otro lado, también trata de enseñar a las figuras de autoridad a establecer límites y normas.
El tratamiento más habitual es la psicoterapia individual con un enfoque cognitivo-conductual. Se trata de facilitar recursos al paciente para que aprenda a gestionar la ira y a potenciar sus habilidades comunicativas. La terapia familiar también es recomendable, ya que de esta forma se orienta a los padres o madres para tratar el problema en casa, mejorar la comunicación y fomentar la interacción entre los miembros de la familia. En algunos casos también se prescribe medicación.