Combatir la soledad: una nueva misión que tenemos como sociedad
La soledad en España es un grave problema que crece día tras día. La pandemia de la covid-19 disparó las cifras: 2020 fue un año que acabó con casi 100.000 personas más que en 2019 viviendo solas. Además, de esas 96.200 personas, casi la mitad tienen 65 años o más; por lo que cada vez hay más hombres y mujeres mayores ya no solo viviendo solos, sino también en situación de soledad. Este problema tiene numerosas consecuencias negativas para la salud, sobretodo la salud mental, de las personas. Es por esta razón que desde diversas instituciones públicas y privadas se están llevando acciones para combatir la soledad y acompañar a ancianos y ancianas en su día a día.
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Índice de contenidos
Cómo combatir la soledad
La sociedad actual se caracteriza por ser efímera, cambiante e intensa. Muchas personas se sienten solas a pesar de estar rodeadas de amigos y familiares; otras ni siquiera tienen la suerte de tener personas de confianza o conocidas a su alrededor. Para otros, hacer amigos es casi misión imposible, porque el estilo de vida de la sociedad moderna y occidental también impide la creación y consolidación de vínculos afectivos estables y fuertes. Las personas solo no tienen que llevarse bien, también es necesario coincidir con los horarios de trabajo, la vida personal y familiar u otras responsabilidades que atender.
La soledad, cuando es intensa y habitual en nuestra vida, produce un malestar emocional muy significativo, que en ocasiones tiene que tratarse con terapia psicológica. Hay personas que por su modo de vida o profesión tienen mayor riesgo de padecer soledad, pero también tienen otros incentivos y fuentes de satisfacción que compensan la falta de interacción social. Sin embargo, el mayor problema se presenta cuando la soledad no se ha escogido.
La soledad tiene diversas formas, ya que hay una gran diferencia entre estar solo y sentirse solo. Hay personas que están solas porque no tienen a nadie de confianza a su lado, amigos, familiares o pareja; porque viven en un lugar remoto o porque su profesión no les permite entablar relaciones, entre otros. Por otro lado, las personas que se sienten solas pueden estar rodeadas de cientos de personas, pero sentirse así por otras causas, como la baja autoestima o trastornos psicológicos. La falta de apoyo social también produce una sensación de incomprensión que conduce a un sentimiento de soledad. La incomprensión, a su vez, dificulta la comunicación y, por ende, la búsqueda de ayuda; lo que agrava aún más el malestar. Es un círculo vicioso sin fin, a menos que le pongamos remedio.
Causas de la soledad
Una persona puede sentirse sola y estar sola por diversas razones. Para poder combatir la soledad, antes debemos identificar cuál es la causa. De esta forma, podremos implementar las mejores medidas para cada caso.
- Vivir en grandes ciudades. El estilo de vida de las personas que viven en ciudades grandes es mucho más acelerado, lo que limita en gran medida el pasar tiempo de calidad con otras personas. Por norma general, en la ciudad las personas no se relacionan con desconocidos, lo que dificulta conocer gente y entablar amistades.
- Pérdida de un ser querido, separación y divorcio. Cuando una persona pierde a un ser querido, tiende a sentirse decaída y fracasada, lo que puede llevarle a aislarse y, por consecuente, a aumentar su sentimiento de soledad.
- Problemas en las relaciones sociales. Una persona puede verse abocada a la soledad si los conflictos que pueda tener con sus amigos, familiares, pareja o compañeros de estudio y de trabajo no se resuelven como es debido.
- Falta o déficit de habilidades sociales. Hay personas que tienen pocos amigos (o, incluso, no tienen) debido a que no han aprendido o no han desarrollado recursos para relacionarse con otras personas. Hablamos desde habilidades sociales, hasta ciertos aspectos de la inteligencia emocional, como la empatía o la asertividad. A menudo, estas personas también tienen problemas para aceptar críticas, recibir elogios, expresar sus sentimientos y comunicar sus necesidades o deseos, entre otros.
- Problemas psicológicos. En ocasiones, la soledad viene precedida de otros problemas psicológicos: una depresión, un trastorno de ansiedad generalizado, ansiedad social, baja autoestima e inseguridad, etcétera. Estos problemas emocionales impiden que el individuo pueda entablar una relación de amistad u de otro tipo con otras personas. Todo ello supone una pérdida de confianza en uno mismo y un aumento del sentimiento de soledad e incomprensión, lo que puede agravar los problemas emocionales.
- Cambios. El vaivén de la vida puede incrementar el sentimiento de soledad por diversas razones: cambiar de ciudad, de trabajo o de país, jubilarse, quedarse en paro, padecer una enfermedad, etcétera.
- Edad. Las personas ancianas y adolescentes tienen mayor riesgo de sentirse solos. Las personas mayores, además, también suelen tener otras limitaciones (enfermedades, discapacidades), viven en pueblos prácticamente despoblados o viven en grandes ciudades sin conocidos cerca, entre otros.
- Redes sociales y otras plataformas digitales. El creciente uso de las redes sociales, videojuegos online y otras plataformas digitales ha llevado a muchas personas a dejar de tener contacto directo con otras personas, para tenerlo únicamente online. Además de aumentar el sentimiento de soledad también influye en la comunicación, que se vuelve fría y distante, y en el desarrollo de habilidades sociales.
Consecuencias negativas de la soledad
Combatir la soledad es un deber que tenemos como sociedad, pues esta tiene efectos muy nocivos para la salud de las personas; y, en especial, la salud mental. Algunas de las consecuencias físicas y emocionales de la soledad son las siguientes:
- Depresión y ansiedad.
- Sensación de abandono, vacío e incertidumbre.
- Mayor frecuencia en la aparición de emociones negativas.
- Aparición de pensamientos intrusivos.
- Mayor riesgo de entablar relaciones dependientes y tóxicas.
- Dificultad para entablar relaciones sociales o profundizar en las actuales.
- Falta de confianza en uno mismo y baja autoestima.
- Dificultad para prestar atención y concentrarse.
- Problemas con la alimentación y aparición de trastornos de la conducta alimenticia.
- Problemas de sueño.
- Hipertensión.
- Mayor probabilidad de padecer enfermedades.
- Demencia.
- Abuso y dependencia de sustancias y conductas adictivas con el alcohol, las drogas, el sexo, la comida y las compras, entre otros.
Cómo evitar sentirse solo
La soledad no escogida perjudica gravemente la salud, por lo que ponerle remedio es una prioridad. Sin embargo, no se trata de una situación fácil, ya que en muchos casos la solución está fuera del alcance de la persona que se está sola. Lo que es esencial es buscar ayuda y acudir al médico, a los servicios sociales y a terapia para tratar el malestar emocional y buscar soluciones para combatir la soledad. Sin embargo, muchas personas sienten vergüenza a la hora de pedir ayuda, por lo que la situación de aislamiento puede agravarse.
En el caso de personas mayores, esta situación puede conducir a la psicosis y a la demencia. Numerosas instituciones públicas y privadas locales, autonómicas y nacionales llevan a cabo actividades e implementan planes de acción para combatir la soledad de las personas de la tercera edad. Asociaciones como Grandes Amigos, Amigos de los Mayores y otras asociaciones de voluntariado para mitigar la soledad se encargan de ello a través del voluntariado.
En el informe resultante de la investigación “La soledad en España”, se recogen algunos consejos para hacer frente a la soledad:
- Vivir acompañado/a.
- Utilizar todos los medios posibles para cultivar las relaciones sociales.
- Mantener y cuidar las relaciones con amigos, familiares y pareja.
- Mantenerse laboralmente activo siempre que sea posible.
- Participar de forma activa en actividades de grupo: senderismo, excursiones, grupos de lectura, clases de gimnasio, etcétera.
- Tener hobbies y pasatiempos y practicarlos siempre que se pueda. Mejor si son en grupo.
- Hacer introspección de forma habitual y profundizar en uno mismo y el sentimiento de soledad para conocer su origen.