El proceso narrativo: crear personajes
Cuando construimos una historia desde cero, muchas veces ya tenemos el planteamiento de todo lo que va a ocurrir. Una de las partes más importantes de una narración son los personajes. Ellos son los encargados de que los acontecimientos se desencadenen, de que la historia evolucione. Crear personajes puede ser una tarea ardua, por esta razón, hoy te explicamos cómo hacerlo.
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Índice de contenidos
¿Cómo crear personajes?
Cuando hablamos de crear personajes como personas, nos movemos en el ámbito de la caracterización psicológica y física. La caracterización es aquello que nos permite diferenciar a un personaje de otro, lo identifica y le confiere identidad. A la hora de crear personajes, tenemos que tener en cuenta su interioridad. Para ello, hay dos principios básicos integradores de la personalidad.
- El temperamento. Se trata de la dimensión innata, aquello que no se moldea a través de la acción de la vida. El temperamento es la parte de la personalidad más anclada al personaje, a su psicología.
- El carácter. Para crear personajes deberemos pensar y darles un carácter propio. Es la marca que dejan en la personalidad los actos y el contexto. El carácter no es innato, sino que se moldea. Se construye sobre la base del temperamento.
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Tendencias naturales de comportamiento
Hay unas estructuras preestablecidas de las personalidades de las personas que nos puede ser de ayuda a la hora de crear personajes. Podemos utilizarlo para establecer unos patrones de cómo se comportarán a lo largo de la historia. Hay dos tendencias naturales diferentes, y según como juguemos con ellas, encontraremos cuatro tipos clásicos de temperamento.
- Extraversión/Introversión. Los personajes extrovertidos, adaptan su carácter a la realidad exterior, desnudan su intimidad. En cambio, en los introvertidos, la intimidad supone el ámbito principal de sus vivencias.
- Estabilidad/inestabilidad. Cuando decimos que un personaje es inestable es porque siente una mayor fragilidad ante las emociones y los sentimientos. Decimos que son estables cuando tienen la capacidad de distanciarse de su sensibilidad particular y sobreponerse tanto a la euforia y a la pasión como al odio o a la desesperación.
Tipos de temperamentos típicos de los personajes de un libro
Si combinamos las características de estas tendencias, encontramos cuatro tipos diferentes de temperamento. Esto resulta útil para crear personajes, ya que podemos establecer su psicología, por ende, sabemos cómo actuarán en cualquier situación.
- Temperamento sanguíneo. Estos personajes surgen si mezclamos la extroversión con la estabilidad. Se trata de personajes equilibrados que afrontan los reversos con calma. No esconden sus emociones y hacen relaciones con facilidad.
- Temperamento colérico. Si combinamos un personaje extrovertido pero inestable, nos sale el temperamento colérico. Este actuará por impulsos, por estados de euforia. Están dominados por sus pasiones, por esta razón, son precipitados y espontáneos. Son totalmente incapaces de esconder opiniones y sentimientos y pueden tener explosione de ira.
- Temperamento flemático. Este temperamento sale al crear un personaje introvertido y estable. Se trata de una persona reflexiva, silenciosa e imperturbable. Dominan sus pasiones y mesuran sus palabras.
- Temperamento melancólico. Al crear personajes introvertidos e inestables hablamos del temperamento melancólico. Estos son tímidos y sensibles. Acostumbran a esconder sus sentimientos y tienen depresiones de ánimo.
A partir de estas estructuras clásicas de temperamento, podemos empezar a construir unos buenos personajes, recordad, que es clave que dentro de la narración haya una oposición entre temperamentos, ya que este es fundamental para el conflicto dramático.