Cómo trabajar la resiliencia para superar las adversidades
A lo largo de nuestra vida nos enfrentamos a situaciones que pueden llegar a superar nuestras emociones. Una enfermedad, una ruptura, la muerte de un ser querido… Los fracasos y los obstáculos nos ponen a prueba diariamente. La resiliencia es esa capacidad que evitará que nos rindamos ante estos problemas.
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Índice de contenidos
¿Qué es la resiliencia?
La Real Academia Española de la Lengua define la resiliencia como la capacidad humana de asumir, con flexibilidad, situaciones límite; así como sobreponerse a ellas. Gracias a la resiliencia pues, somos capaces de afrontar las crisis y las situaciones traumáticas. Además, si nos esforzamos en trabajar esta capacidad, podemos fortalecernos emocionalmente.
La resiliencia implica modificar nuestros pensamientos y actitud ante nuevas circunstancias. Las personas resilientes se adaptan a las complicaciones y adoptan medidas para superarlas y volver a la normalidad. No se dejan perder en un mar de dudas y llantos. Podríamos decir que las personas resilientes son “fuertes”, emocionalmente hablando. Lo cierto es que nadie nace así. Esta capacidad se puede trabajar día a día, ayudándonos de técnicas propias del mindfulness, así como otro tipo de terapia psicológica.
¿Cómo podemos ser más resilientes?
Como hemos dicho, la resiliencia no es una capacidad innata. Es algo que podemos desarrollar y mejorar a lo largo de la vida. Hay personas que han tenido un modelo a seguir en cuestión de fortaleza emocional. Otras, sin embargo, se han fortalecido a medida que se han visto ante situaciones complejas. Es también lo que llamamos madurar. La resiliencia se construye a medida que nos enfrentamos a obstáculos y los superamos con nuestros propios medios. Si nos ayudamos de la terapia adecuada, podemos mejorar esta capacidad.
¿Qué características tiene una persona resiliente?
- Conocen sus fortalezas así como sus debilidades. Las personas resilientes saben cuáles son sus limitaciones y gozan de un buen autoconocimiento. Saben aprovechar sus habilidades para lograr sus metas.
- Son personas creativas, que buscan nuevas soluciones para hacer frente a las adversidades.
- Confían en sus capacidades y saben aprovecharlas al máximo. No pierden de vista sus objetivos y se focalizan en la mejora continua.
- Asumen las dificultades de forma positiva y las transforman en oportunidades para aprender. Una alta capacidad de resiliencia permite no desfallecer en los peores momentos. La adaptabilidad y la flexibilidad son cualidades propias de estas personas. Observan la vida desde una perspectiva objetiva y optimista.
- Practican la consciencia plena, una técnica propia del mindfulness. Las personas resilientes trabajan el estar plenamente presentes. Son conscientes de cómo actúan y piensan en el presente, e intentan sacar el mayor provecho de las experiencias diarias.
- Las personas resilientes se rodean de personas con actitud positiva. Saben cultivar sus amistades, especialmente aquellas que les aportan buenas sensaciones. Además, cuando es necesario, buscan ayuda en los demás.
- No intentan controlar la situación, sino sus emociones. Saben que es imposible controlar todos los aspectos de su vida, de modo que se centran en trabajar sus pensamientos. Las adversidades se afrontan con humor. “Ríete de ti mismo y te sentirás mejor”.
- Son flexibles ante los cambios y se adaptan lo mejor que pueden. Saben modificar sus planes y sus metas cuando es necesario, y no se estancan en la misma situación repetidas veces. Las personas resilientes valoran las alternativas y no se aferran a sus planes iniciales. Además, son muy tenaces en sus propósitos, de modo que no abandonarán a pesar de que tengan que cambiar la forma de proceder.
Enseñar a las personas a trabajar estas cualidades les ayudará a afrontar los obstáculos de la vida con mejor cara. Además, aprenderán a controlar sus emociones y a no dejarse llevar por la ira, la tristeza o la angustia. Es una disciplina que, sin duda, mejorará la calidad de vida de todo aquel que la practique.