¿Qué es el Síndrome de Wendy?
Seguro que en algún momento habrás oído hablar del Síndrome de Peter Pan, caracterizado por la dificultad de asumir responsabilidades. Y, por si no lo sabías, también existe su contrario: el Síndrome de Wendy, que afecta principalmente a mujeres y, en especial, a las madres. La principal razón por la que este síndrome se asocia a las mujeres es porque estas asumen el rol social de cuidadoras. ¿Quieres saber en qué consiste este síndrome y cuáles son las señales que indican que puedes padecerlo? ¡Sigue leyendo!
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Índice de contenidos
¿Qué es el Síndrome de Wendy?
Históricamente, las mujeres han asumido, o se han visto obligadas a asumir, el rol social de cuidadoras; personas sacrificadas por los demás, que abandonan su propio bienestar para satisfacer a las personas de su alrededor e, incluso, hacerse cargo de sus responsabilidades u obligaciones. Wendy es un personaje de la conocida historia de Peter Pan. Esta alegre jovencita era la representación de la maternidad, de los cuidados. Su papel en la historia era hacer lo que Peter Pan no podía hacer por miedo o inexperiencia, y cuidar a todo el grupo. Esto, sin embargo, Wendy siempre tuvo un papel secundario en la obra; su labor no era reconocida por nadie.
El Síndrome de Wendy se caracteriza por la necesidad de satisfacer continuamente los deseos de otra persona, que suele ser o la pareja o los hijos. En algunos casos, esta necesidad de cuidar a los demás se extrapola a cualquier persona de su alrededor: amigos, familiares e, incluso, compañeros de trabajo. Este surge a raíz de la educación recibida y el hecho de responsabilizar a las mujeres de las tareas de cuidado. Este síndrome puede verse acentuado con la maternidad, ya que implica el cuidar de una persona dependiente.
Características del síndrome de Wendy
No hay que patologizar el Síndrome de Wendy, ya que su origen es social y estructural, y está construido sobre los roles de género impuestos desde hace miles de años. Por lo tanto, no es un trastorno psicológico como tal, pero la ansiedad que produce el creer que se es completamente imprescindible para los demás puede perjudicar el bienestar de quien lo padece, ya que siempre estará preocupada por si todo y todos están bien y nunca podrá tener la mente en paz. A continuación, se detallan algunas de las principales características que se asocian a este síndrome.
- El perfeccionismo conduce a la culpa cuando algo no sale como estaba previsto; en especial, si se trata de satisfacer a otra persona.
- La persona que padece este síndrome se siente imprescindible; ella debe encargarse de hacerlo prácticamente todo para que no haya errores.
- La idea que se tiene sobre el amor es semejante a la del sacrificio. El desgaste y el malestar que puede producir el cuidar continuamente a otra persona renunciando al propio bienestar acarrea consecuencias muy negativas.
- Asume las responsabilidades y las tareas de las personas que cuida.
- Evita la confrontación con otras personas y los conflictos, a costa de renunciar a sus propias necesidades.
- Se disculpa y se siente culpable cuando no puede hacer alguna cosa o satisfacer a otra persona. Además, tiene la necesidad de justificarse y dar explicaciones cuando no cumple con las responsabilidades de las que se hace cargo.
¿Cómo evitar el Síndrome de Wendy?
Para evitar la aparición o la perpetuación del Síndrome de Wendy, hay que cambiar los patrones que han llevado a la persona que lo padece a actuar como cuidadora. Hay que tener cuidado al transmitir este rol social a los hijos y, en especial, a las hijas, que son las que en un futuro podrían adoptar el mismo comportamiento. Es conveniente, además, que los niños y niñas no asuman responsabilidades sobre las necesidades emocionales de los padres, y no hay que depositar en ellos preocupaciones que no les corresponden. Es fundamental que los padres utilicen un lenguaje que no conduzca al establecimiento de roles de género; y remarcar la importancia de dar prioridad al propio bienestar, sin sacrificarse continuamente por los demás.