Síndrome de abstinencia: síntomas y consecuencias
El síndrome de abstinencia es un conjunto de reacciones que aparecen cuando dejamos de consumir una sustancia adictiva. También puede aparecer si el adicto reduce la cantidad que antes consumía. Gestionar el “mono” es uno de los mayores retos a la hora de dejar una droga. Te explicamos qué síntomas provocan las adicciones y cómo se tratan.
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Índice de contenidos
¿Qué es el síndrome de abstinencia?
El síndrome de abstinencia se caracteriza por una serie de síntomas que aparecen al dejar de consumir constantemente una sustancia adictiva, como la cafeína, nicotina, alcohol, cannabis, etc. Los síntomas dependen de la droga que se haya tomado, así como de la cantidad y la frecuencia.
El síndrome de abstinencia se trata de un proceso común y habitual cuando se deja de consumir una sustancia adictiva. Ahora bien, dicho proceso suele ser muy duro para la persona adicta, por lo que se recomienda acudir a un profesional para su apoyo y seguimiento.
¿Qué provoca el síndrome de abstinencia?
El organismo se ha habituado a la sustancia y ha generado una tolerancia a la misma. De hecho, esto es lo que hace que cada vez la persona necesite consumir más cantidad en menor tiempo para que surja el mismo efecto. Y es que el cuerpo tiene su propio equilibrio natural, el cual se ve modificado cuando se introduce una sustancia adictiva. Debido a su consumo habitual, el organismo aprende a generar un nuevo equilibrio teniendo en cuenta esta sustancia. Por tanto, el síndrome de abstinencia aparece cuando, una vez el cuerpo se ha acostumbrado a funcionar con dicha sustancia, se le priva de la sustancia de golpe.
¿Cuáles son los síntomas de la abstinencia?
Los síntomas de la abstinencia varían en función de la frecuencia con la que se tomaba la sustancia, así como del propio organismo de la persona. Eso sí, los síntomas más comunes son el deseo irrefrenable de consumir la sustancia de nuevo, la irritabilidad, los cambios constantes en el carácter y la dificultad para poder concentrarse.
Ahora bien, según la sustancia que se consuma, los síntomas varían. Por ejemplo:
- Alcohol: escalofríos, temblores, debilidad, náuseas, cefalea y deshidratación.
- Nicotina: ganas de fumar, irritabilidad, tensión, dolores de cabeza, insomnio, problemas para concentrarse y aumento del apetito y, por ende, el peso corporal.
- Narcóticos: respiración agitada, bostezos, flujo nasal, sudoración, lágrimas, sensación de alerta, hiperactividad, fiebre, aumento del ritmo cardíaco, dilatación de las pupilas, dolores musculares, pérdida del apetito, dolor en el abdomen y diarrea.
- Ansiolíticos: debilidad, malestar general, temblores, depresión, deshidratación, incapacidad de dormir, delirios y alucinaciones.
- Anfetaminas: cansancio o inquietud, somnolencia o nerviosismo, depresión, delirios y alucinaciones.
Tipos de síndromes de abstinencia
Ya hemos visto la clasificación en función del tipo de droga que se consuma, pero existen otros tipos de síndromes de abstinencia en función de la duración de los síntomas. Estos son:
- Síndrome agudo. Los síntomas del “mono” y los correspondientes signos físicos y psicológicos aparecen inmediatamente después de dejar de consumir esa droga.
- Síndrome tardío. Las secuelas físicas y psicológicas se mantienen en el tiempo, incluso aunque ya se haya superado la abstinencia.
- Síndrome psicológico. Aparecen síntomas propios del síndrome agudo cuando el adicto se expone a estímulos parecidos a cuando era consumidor.
¿Cómo se trata el síndrome de abstinencia?
Para tratar el síndrome de abstinencia se suele seguir una terapia farmacológica a la vez que una psicoterapia. Y aunque es un proceso duro y desagradable, es necesario pasar por él para dejar atrás la adicción.
El primer paso que realiza un especialista en adicciones es hacer ver al paciente de su problema de adicción, así como informarle de los síntomas que sentirá a la hora de dejar de consumir la sustancia que le provoca adicción. Es importante que el profesional haga especial hincapié en resistir a la tentación durante todo el proceso, llegando a superar así el problema.
Por otro lado, existen medicamentos que han demostrado su eficacia a la hora de ayudar a personas en tratamientos de desintoxicación. Además, todo el proceso debe reforzarse con una terapia psicológica, para evitar recaídas y ayudar a la persona a adaptarse a su nueva realidad.
En este sentido, la terapia suele ir enfocada hacia la búsqueda de los motivos que le llevaron a consumir. Una vez se ha determinado por qué consume, es mucho más sencillo enseñar y facilitar herramientas que puedan cubrir la necesidad emocional que antes satisfacía la sustancia adictiva.
¿Qué le pasa al cuerpo con la adicción y la abstinencia?
A medida que una persona va consumiendo una sustancia, su cuerpo se acostumbra a lidiar con ella, generando así una tolerancia. Esta tolerancia causa que la frecuencia de consumo y la cantidad aumenten, puesto que el adicto necesita más cantidad para satisfacer su adicción. El cuerpo se acostumbra a funcionar con esta sustancia en el organismo, por lo que cuando se interrumpe su consumo de forma brusca, aparece la abstinencia.
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