¿Qué es el juego patológico? Descubre todas las claves de esta adicción
El juego patológico es uno de los trastornos emergentes que más preocupa actualmente, sobre todo a quien lo sufre y a su entorno. Por ello, en este post te damos todas las claves para que conozcas en qué consiste esta adicción.
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Índice de contenidos
¿Qué es el juego patológico?
También conocido como ludopatía, este término lo acuñó la American Psychiatric Association en 1980. Se califica patológico al tipo de juego que se convierte en una adicción para quien lo experimenta. Es decir, no se juega por aprovechar el tiempo de ocio, sino como adicción. La OMS incluyó esta afección como enfermedad y otros adjetivos empleados para definir este tipo de juego son compulsivo, adictivo o excesivo.
Síntomas y conductas en pacientes ludópatas
El principal síntoma es la dependencia que provoca que esa persona tenga que jugar continuamente. Progresivamente, necesita más dinero y más tiempo de juego. Si tiene que realizar otra actividad, experimenta nerviosismo por no poder jugar. La negación de la adicción es bastante habitual. Otro de los síntomas más importantes es comprobar cómo la persona tiende al aislamiento. Apenas sale, su relación sentimental se deteriora y deja de rendir en el trabajo o en los estudios.
Factores de riesgo para caer en el juego patológico
El entorno del paciente incide, directamente, en que se caiga en esta adicción al juego. Pero hay otros factores más influyentes, entre los que destacan:
- Individuales. Una persona emocionalmente débil, tener antecedentes familiares o identificar un premio con la autoestima influyen en este tipo de actitud. Lo mismo sucede al considerar que cada premio puede mejorar la vida personal. La situación personal (sentimental y laboral) podría ser un desencadenante.
- Socioeconómicos y demográficos. Según diferentes estudios, el perfil de ludópata suele ser varón (cada vez más joven) sin apenas recursos socioeconómicos y sin estudios.
- Familiares, como haber vivido en un entorno de sobreprotección, sin límites, con falta de afecto y sin comunicación.
- Sociales, como el aislamiento personal o pertenecer a grupos donde el juego y las apuestas no están mal vistas.
- Ambientales. La accesibilidad a la oferta de juegos de la actualidad y la falta de otras alternativas pueden fomentar esta adicción.
- Actitud hacia el juego. Cuanto antes se empieza a jugar, más opciones hay de convertir esta actividad en imprescindible. Se suele buscar una emoción distinta o convertir el juego en una válvula de escape.
Habría que añadir el consumo de medicamentos contra las piernas inquietas y la enfermedad de Parkinson provoca conductas compulsivas como la descrita. Ser muy competitivo/a puede llevar a caer en la ludopatía para ponerse nuevos retos personales.
Consecuencias de la ludopatía
Es bastante habitual mencionar exclusivamente las pérdidas económicas o la alteración psiquiátrica. Sin embargo, hay otras consecuencias que han de valorarse, como son:
- Sufrir problemas legales por la petición de créditos o de dinero que no se puede pagar.
- La pérdida del puesto de trabajo.
- El empeoramiento de la salud. El paciente podría padecer insomnio, cansancio y atrofia muscular al emplear todo su tiempo libre para jugar.
- Las tendencias suicidas. A medida que la situación se complica, el suicidio parece ser la única salida.
Tratamientos contra el juego patológico
Tras el diagnóstico, el profesional debe conocer cuáles son las causas que provocan la ludopatía. Es importante que sepas que un alto porcentaje de los pacientes niegan su adicción. A ello se le añade que en muy raras ocasiones son ellos los que deciden someterse a una terapia. Al recibir la presión de su pareja o de un familiar, el problema puede empeorar.
Así, quien lleva a cabo el tratamiento debería empezar destacando cuáles son las negativas consecuencias de sus actos. La opción de recuperar su vida anterior, su nivel económico y sus relaciones son unas realidades que deben estar presentes como objetivos. El enfoque es diverso tal y como te aclaramos en los siguientes apartados.
Terapia conductual
Se basa en exponer al paciente a su conducta de manera directa. Es entonces cuando se le dan algunas claves para que pueda comportarse de forma distinta. La meta es cambiar el concepto de ideas negativas al respecto por otras más positivas. Si el paciente acude acompañado de su pareja o de algún familiar, mejor.
Tratamiento farmacológico
Los medicamentos que más ayudan son los estabilizadores y los antidepresivos. Se ha comprobado que el tratamiento para el TOC (trastorno obsesivo compulsivo) y TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad) ofrece interesantes resultados. Los antagonistas de estupefacientes también son adecuados.
La autoayuda
No nos referimos a la que se practica de forma individual, sino a la grupal. Compartir experiencias con otras personas que están experimentando lo mismo siempre ayuda. Poner en común las sensaciones, las causas y los motivos que les han llevado a esa adicción es un buen punto de partida.
Tratamientos ambulatorios o residenciales
Todo dependerá de si el paciente está, o no, hospitalizado. En ambos casos, la observación es imprescindible para conocer cuál es la situación. Es importante destacar que quien se encargue de diseñar el tratamiento ha de ajustarlo al máximo a cada persona. La observación de los síntomas es imprescindible para conocer cuáles son las alternativas más eficaces en cada caso.
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